Deducciones publicitarias
Me han encargado que analice la publicidad televisiva a fin de poder establecer algunos rasgos esenciales de los humanos...
Lo primero que observo es que están obsesionados con los coches, pues los anuncian a todas horas y por todos los canales. Lo segundo que consigo colegir es que los humanos son muy raros: quieren que se les vendan coches, pero los anuncios hablan de casi cualquier tema menos de los coches en sí. Lo normal sería que el anuncio en cuestión loase las maravillas de tal o cual modelo, pero al parecer se dedican a hablar de lo congestionada que está la ciudad, lo peligroso que es dejarle conducir el coche a la suegra, los riesgos de dejar sin caseta al perro de los suegros (¡cuanto suegro en los anuncios de coches!) o de una supuesta misión trascendental en su vida, que tampoco acaba de revelarse...
Como se acerca un período vacacional denominado 'Semana santa' (del que hablaré en otra ocasión), las diferentes regiones y países compiten emitiendo publicidad de sí mismas. Me ha llamado poderosamente la atención el de un extraño país llamado Bizcaia, que al parecer ya fue profetizado por un conocido adivino / hechicero / brujo de la tribu llamado Nostradamus...
Otro de los ítems recurrentes son los anuncios de alimentos dietéticos que ayudan a 'cuidar la línea' (es decir, a no engordar). Curiosamente, obvian todos ellos dos pequeños detallitos: que por poco que engorden, todos contienen calorías, con lo que si el consumidor en cuestión no ingiere dichos productos, engordará menos que si los ingiere. El segundo detalle es que dichos productos no adelgazan, a pesar de lo que insinúan, aunque eso parece traerles sin cuidado a los cada vez más obesos humanos. Es curioso que en algunos países darían lo que fuese por estar gordos, mientras que en los países occidentales, que nadan en la abundancia, darían lo que fuese por estar esbeltos y delgados. No hay quien los entienda...
Los humanos no saben estarse callados. Y eso que sólo tienen una boca y un conjunto de cuerdas vocales, pero nada: no hay manera. Como todos sus vecinos ya están inmunizados a las recurrentes cantarelas de cada individuo, se inventaron un aparato de comunicación a distancia denominado 'teléfono móvil' o simplemente 'móvil' que permite enviar voz e imágenes a otros humanos dotados de dicho aparatejo. En contra de lo que pudiese suponerse muy, muy de lejos, los seres humanos no son excesivamente racionales y casi todos disponen de un aparatito en cuestión. Aún así, hay multitud de anuncios que se dedican a promover todavía más si cabe su uso, con llamaditas tontas, mensajitos cursis y fotos soeces. Si cada vez que utilizan el móvil sin necesidad recibiesen una descarga eléctrica, la Humanidad quedaría lobotomizada en pocas horas...
Los anuncios más divertidos y esclarecedores de la poca capacidad intelectual de los humanos son los relativos a los bancos. Al parecer, estas entidades te dejan una cierta cantidad de dinero para que te la gastes en cosas que no sueles necesitar a cambio de que les retornes una cantidad mucho mayor. Por increíble que parezca, los anuncios de esta categoría son de lo más efectivo, porque a pesar de lo contraproducente de su uso, hay verdaderas bofetadas por conseguir créditos hipotecarios o créditos al consumo. Los anuncios suelen incidir en lo cercanas y humanas que son estas entidades. Las mismas que, si no les pagas, te expropian hasta la camisa y te envían a vivir debajo de un puente. La credulidad de esta especie no deja de sorprenderme...
También hay un apartado más o menos folklórico de anuncios: son los de detergentes, que son unas sustancias que limpian la ropa que el marido se ha encargado de ensuciar cuando decide ponerse manos a la obra y hacer él la comida. En fin, qué decir... con lo fácil que es prohibirle al marido que se acerque a la cocina (basta sobornarlo con un partido de fútbol) o, simplemente, cambiando de marido...